FRASES PARA SACERDOTES

"Cuando rezamos el Santo Rosario y nos unimos a María, estamos viviendo lo que es la familia porque cuando los hijos se reúnen con La Madre y juntos le oran a Dios, es la familia orando unida". DE: Marino Restrepo.
Papa Francisco a los sacerdotes que llevan "doble vida"

ABUSOS LITURGICOS - LA HOMILÍA Y EL SALUDO DE LA PAZ



El nombre del documento lo dice todo: Redemptionis Sacramentum. Es el sacramento de la Redención, la Santísima Eucaristía es el sacramento de la Redención.

Es por eso que no se puede tomar a la ligera la Santa Misa. Es por eso que nadie puede atribuirse la prerrogativa de querer componer las cosas o modificarlas en base a su capricho y a su creatividad; es el Sacramento de la Redención.

Dice Remptionis Sacramentum en el numeral 58 que todos los fieles tienen derecho a que la celebración de la Eucaristía sea preparada diligentemente en todas sus partes.

Algo que me provocó un gran shock cuando llegue a los Estados Unidos fue ver que señoras daban la homilía y varios años después sigue sucediendo.

A este respecto dice Redemptionis Sacramentum en el número 64: la Homilía que se hace en el curso de la celebración de la Santa Misa y es parte de la misma liturgia, la hará normalmente el mismo sacerdote celebrante o él se la encomendará a un sacerdote concelebrante o a veces según las circunstancias también al diácono pero nunca a un laico.

También puede hacer la homilía un Obispo o un presbítero que está presente en la celebración aunque sin poder concelebrar.

Se recuerda que debe tenerse por abrogada según lo prescrito en el canon 767, cualquier norma precedente que admitiera a los fieles no ordenados para poder hacer la Homilía en la celebración Eucarística. Se reprueba esta concesión sin que se pueda admitir ninguna fuerza de la costumbre.

El numeral 66 dice la prohibición de admitir a los laicos para predicar dentro de la celebración de la Misa. También es válido para los alumnos de seminarios, los estudiantes de teología, para los que han recibido la tarea de asistentes para pastorales y para cualquier otro tipo de grupo, hermandad, comunidad o asociación de laicos.

Y no te ha pasado que a veces la Homilía consiste en el reporte financiero de la parroquia y testimonios de los grandes líderes apostólicos de la comunidad para motivar a la gente a que colabore con las necesidades financieras de la parroquia?

Dice el 67: Se debe cuidar que la Homilía se fundamente estrictamente en los misterios de la salvación, exponiendo a lo largo del año litúrgico de los textos y las lecturas bíblicas y textos litúrgicos los misterios de la fe y las normas de la vida Cristiana y ofreciendo un comentario de los textos del ordinario y lo propio de la Misa.

Al hacer la Homilía procúrese iluminar desde Cristo los acontecimientos de la vida.

El numeral 74 dice: si se viera la necesidad de que instrucciones o testimonios de la vida Cristiana sean expuestos por un laico a los fieles congregados en la Iglesia, siempre es preferible que esto se haga fuera de la celebración de la Misa.

Por causa grave sin embargo está permitido dar este tipo de instrucciones o testimonios después que el sacerdote pronuncie la oración después de la Comunión. Pero esto no puede hacerse una costumbre; además estas costumbres y testimonios de ninguna manera pueden tener un sentido que pueda ser confundido con la Homilía , ni se permite que por ello se suprima totalmente la Homilía.

Qué hay acerca del saludo de la paz? A quien se lo damos? A los que están sólo a nuestro derredor o caminamos 3 pasillos a la redonda o vamos hasta atrás del templo para darle para darle el saludo de paz a nuestros abuelos que llegaron tarde y se sentaron allá? 

El padre que hace? Debe bajarse y darle la paz a todo el mundo?

A este respecto instruye Redemptionis Sacramentum en el numeral 72: Conviene que cada uno de la paz sobriamente solo a los más cercanos a él. El sacerdote puede dar la paz a los ministros permaneciendo siempre dentro del presbiterio para no alterar la celebración. Hágase del mismo modo si por una causa razonable desea dar la paz a algunos fieles.

En cuanto al signo para darse la paz, establezca la Conferencia de Obispos con el reconocimiento de la Sede Apostólica según la idiosincrasia y las costumbres de los pueblos.

De esta manera el sacerdote que ya le ha deseado la paz a toda la comunidad presente cuando les dijo: que la paz del Señor sea con ustedes y nosotros hemos respondido: Y con tu espíritu, no tiene necesidad de bajar y de hecho según las normas no debe hacerlo.

En todo caso en situaciones especiales puede dar el saludo de paz a un grupo especial de personas, por ejemplo en un funeral. O quizás en la celebración de un aniversario de bodas quiera venir también a dar la paz a los hijos de esta pareja.

Pero fuera de estos casos excepcionales el sacerdote no tiene nada que estar deambulando por el templo dando la paz porque ya lo hizo y en la liturgia nada debe ser redundante.


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